La Cofradía de Sant Jordi

La Cofradía de Sant Jordi de Palma, con raíces que se remontan a la Baja Edad Media, fue una de las instituciones corporativas más importantes del antiguo reino de Mallorca. En el marco de la nobleza asociativa medieval, los caballeros de Aragón, Cataluña, Mallorca y Valencia crearon diferentes corporaciones que se acogieron a la advocación del “gloriós Màrtir e Cavaller, Monsenyor Sant Jordi.”

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Entrada a la sala capitular de la Cofradia, sita en el convento de Sant Francesc de Palma.

La Cofradía de Sant Jordi de Palma fue instituida el 20 de octubre de 1460 por Real Privilegio del Rey Juan II de Aragón, con el propósito de reunir a miembros de la nobleza y destacados oficiales de la jerarquía militar. Esta cofradía tuvo como misión originaria la mutua ayuda entre sus integrantes, la defensa y la prosperidad del reino, así como la custodia de los valores propios del estamento nobiliario. Se constituyó así como la principal corporación nobiliaria del reino de Mallorca, abierta a todos los caballeros y ciudadanos militares del territorio. Más allá de su función como instrumento corporativo para la defensa de los intereses del estamento nobiliario, la Cofradía de Sant Jordi tenía finalidades visibles y de gran arraigo social.
Entre ellas destacaba la organización anual de justas y torneos, que constituían no solo demostraciones militares y actos de afirmación simbólica de la nobleza, sino también espacios formativos para la juventud caballeresca, en los que se practicaba el manejo de las armas conforme a los ideales del honor y la destreza.

A lo largo de los siglos, la Cofradía se consolidó como un referente espiritual, social y ceremonial de los principales linajes mallorquines, con activa participación en la vida eclesiástica y en las celebraciones cívicas de la ciudad de Palma. Su estrecha vinculación con las tradiciones caballerescas y su compromiso con la preservación del patrimonio nobiliario y cultural del reino de Mallorca la convirtieron en una de las instituciones señeras de la nobleza insular.
La Cofradía de Sant Jordi vivió diferentes etapas y vicisitudes históricas con el transcurso de los siglos, con sucesivas restauraciones y reformas. Los cambios políticos y sociales del SXVIII, especialmente la reestructuración de corporaciones y gremios impulsada por la administración ilustrada, y determinadas disensiones internas entre sus miembros, motivaron que en 1778 el Rey Carlos III decretara su supresión definitiva. En compensación, se constituyó la Real Sociedad Económica Mallorquina de Amigos del País, destinada a promover el desarrollo de la economía insular en ámbitos como la agricultura, la industria, la sanidad y el comercio.

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Sant Jordi (Pere Niçard, 1470. Museu d'Art Sacre de Mallorca), sufragado por la Cofradía de Sant Jordi